Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma 

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La historia de Luna y su pequeña moto

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A veces el inicio de una ruta, nos cambia el destino final, nos cambia la vida y el propósito. Conoce la historia de Luna, sus motos y su mascota. Una historia inspiradora para aquellos que no se atreven a arrancar!!!
Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma 

En una moto «señoritera», cargando su casa sobre dos ruedas, Luna partió desde Bogotá rumbo a Argentina, buscando un posgrado y encontrando, en cambio, un viaje hacia el interior de sí misma. Esta es la historia de Luna.

Escrito por Karol Jiménez. Periodista. Madre de una gata motoviajera y un pequeño explorador. Blogger en @Mochigata

Así comenzó la Historia de Luna

Partió de Bogotá con una idea clara: llegar a Buenos Aires en su motocicleta para estudiar un posgrado en Sociología en la Universidad de Palermo, la más reconocida de Latinoamérica en esa área.

Se dice así misma que quiere especializarse, crecer profesionalmente, darle un rumbo académico a su vida.
Pero la verdad es otra: necesita salir a respirar, a curarse del duelo por la muerte de su abuela, de la enfermedad que casi la detiene a los 24 años, y de una relación que había durado siete años y ya no tenía rumbo.
No quiere irse en avión ni en bus. Decide que llegará a Buenos Aires sobre dos ruedas, con su motocicleta Paloma, una Honda Elite 125.
No lo sabe, pero ese viaje será mucho más que llegar a una universidad. El camino le tiene preparado otro destino: el suyo propio.
Entre fronteras, paisajes y kilómetros, la muchacha va a descubrir que lo que busca no está en un diploma, sino en ella misma.

La historia de Luna comienza aquíLa historia de Luna y su moto comienza en forma al cruzar la primera frontera

La historia de Luna y su casa sobre ruedas

Luna sale de Bogotá con cuatro maletas amarradas a la motocicleta. Dentro va todo lo que necesita: una carpa que se convirtió en su habitación, un colchón inflable, una cobija, ropa, productos que vende en el camino para costear gasolina, comida y hospedajes cuando no encuentra un amigo que la reciba.
No lleva baño ni cocina. Pero sí un par de rodilleras, una chaqueta, guantes y casco. La muchacha es la carrocería de su propia motocicleta.
Las primeras comunicaciones con su familia son difíciles. En Ipiales, ya en la frontera, la mujer arriba de su motocicleta llama a su madre después de 25 días en carretera. Le dice que está bien y que está feliz de seguir su sueño. Al otro lado, su mamá la bendice y le recuerda que desde el cielo su abuela la cuida.
Ese es el combustible más fuerte para seguir.

Así logra dinero para hospedaje y gasolina.

El viaje hacia adentro

Al principio,  la muchacha solo quiere llegar. Avanzar sin parar, como si la meta fuera lo único importante. No sabe que, en realidad, lo que está haciendo es emprender un viaje hacia adentro.
Recorre Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Guyana, Venezuela y Colombia. Once países que fueron moldeando a la mujer que es hoy.
En cada kilómetro busca respuestas: quién es, a qué ha venido, cuál es su propósito, para qué su espíritu tomó ese vehículo en esa vida y qué quiere hacer. Poco a poco entiende que el verdadero viaje no está en los mapas, sino en ella.

Rutas que no son fáciles para una moto de esas características, no le impiden a Luna seguir adelante.

Los retos de la ruta

La carretera nunca es fácil. En el desierto de Perú, recién cruzada la frontera desde Ecuador, llevaba unos 20 kilometros recorridos cuando se le rompe la correa de transmisión a su motocicleta. Se encuentra sola en una zona peligrosa, popular por hurtos, bajo el sol implacable. Solo dos vehículos se detienen, uno es un «tuki tuki» (un mototriciclo) y otro un carro de la policía, ninguno la puede ayudar, le dicen que no debe quedarse allí. Los dos se alejan de la muchacha.  Hasta que aparece una amiga que había conocido días antes en una posada en Cuenca Ecuador. “Coincidencia o Diocidencia”, dice Luna, porque aquella motociclista arriba de su Tenere 650 la remolcó hasta un pueblo cercano y juntas encontraron la solución.

“Los problemas no son problemas, son contratiempos”, suele repetir.

El mejor día

Después de soñar con Machu Picchu durante meses llega, respira y deja que la mandíbula se le caiga de asombro. La muchacha queda boquiabierta ante la majestuosidad de las montañas, como también lo estuvo en el Salar de Uyuni, donde el horizonte parecía infinito.
Son momentos indescriptibles, dice. Sensaciones que valen cada kilómetro recorrido.

luna machu pichu Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De Motos

Las fronteras son duras

Las fronteras, sin embargo, son duras. En una ocasión, entre Chile y Argentina, la muchacha sufrió xenofobia. A su compañero de ruta, peruano, con motocicleta de placas de Perú lo dejaron pasar; a ella la detuvieron, y a su motocicleta la requisaron con perros antidrogas. Aprendió que el camino no siempre es amable, pero nunca deja de enseñar.

luna en la ruta de viaje Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De Motos

El peor día

En julio de 2023, viajando por Brasil, Paloma, su motocicleta Honda Elite, empieza a fallar. El motor se apaga, el sonido le avisa que no dará más. Luna llora al borde de la carretera. Sabe que se acerca el final de su compañera de tantos años, pero lo presentía por los sonidos que hacía desde que salieron ese día, todo indicaba que no funcionaría más.
Es el día más triste que la muchacha ha vivido, pero de ese día tan duro nació un nuevo comienzo. Empieza a viajar con Sol, su nueva motocicleta, una Honda SH 150. Y, como dice ella:

“cuando algo se rompe, es porque la vida te está mostrando otra forma de seguir”.

Un faro de fuego

De todas las puestas de sol que ha visto, hay una que jamás olvida: la del Farol de Itapuã, en Salvador de Bahía, Brasil. El cielo parece arder. Las nubes son copos de algodón encendidos en fuego. Allí, sobre una baranda mirando el mar, comprende que su vida nómada tiene sentido: ha llegado al lugar donde debe estar.

luna en iguazu Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De MotosLa historia de Luna la llevó a cambiar el destino por continuar en la ruta

Lugares soñados

Siempre soñó con conocer Buenos Aires y la meta era llegar allá, pero en el camino se fue ilusionando con que sus ojos vieran otros mágicos lugares y los admiró.

  • El fin del  mundo en Ushuaia
  • La montaña más alta del Parque Provincial Aconcagua en Mendoza
  • Bariloche con paisajes de postal
  • Broncearse en el lago Moreno para la siguiente estación tiritar de frío allí mismo.
  • Río de Janeiro con sus envidiables playas
  • El Encuentro de las aguas del amazonas Brasilero,
  • Isla de Margarita, La Gran Sabana y el parque Morrocoy de Venezuela.

el viaje de luna en bolivia Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De Motos en el sur luna Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De Motos

La compañía

Después de varios años viajando sola, adopta a Malú, una perrita criolla brasilera que hoy la acompaña en todas sus rutas. Con sus gafas y pañoleta, Malú roba sonrisas en cada parada. La gente las fotografía, las celebra, y Luna siente que la vida se multiplica cuando se comparte.

Esta es la nueva compañera de Luna, su mascotaLa historia de Luna, la complementan su nueva moto y Malú, su mascota

De regreso al origen

Hoy, con 35 años, Jennifer Luna ha recorrido 13 países y sigue rodando, cuando la idea original era llegar en moto a hacer una especialización en Buenos Aires, Argentina. Estudió en Bogotá Administración de Recursos Humanos y Psicología Social. Trabajó en un banco en el área de selección de reclutamiento de personal. Pero el área que siempre le ha apasionado es la sociología, por eso cuando fue reubicada en su trabajo al área jurídica, se estresó, se enfermó y recibió este suceso como una señal para en 2016 salir de Colombia rumbo a encontrarse consigo misma. Su casa sigue siendo su moto. Su familia, los amigos que ha hecho en el camino.
El viaje no ha terminado. No terminará nunca.
Porque Luna sigue en ruta, con Sol y con Malú, recordando que la vida no se trata de llegar rápido, sino de saborear cada kilómetro.

Puedes seguir su viaje en www.instagram.com/luna_motoviajera/ 

en el obelisco luna y su moto Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De Motosluna en la carretera Entre fronteras y kilómetros: la historia de Luna y el viaje en el que se encontró a sí misma  La Revista De MotosLa historia de Luna es motivo de inspiración, en especial para aquellos que dicen que no tienen la moto adecuada para arrancar.

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