¿Y qué son las Guyanas?
Los viajes de Koldo Burgoa
Imagínate que has llegado hasta Uruguay con tu moto, poco a poco, porque en un viaje lo que menos tiene que haber es prisa. Pero ya estás en Uruguay, feliz y satisfecho de los kilómetros recorridos y de todas las experiencias vividas hasta la fecha y, cuando les dices que vas hacia Tierra del Fuego te responden: “Amigo, en estas fechas no deberías ir hacia el sur, está empezando el hielo y la nieve allá”. Pero yo quería ir a Tierra del Fuego, recorrer parte de la Ruta 40, cruzar varias veces los Andes y rodar por la increíble carretera Austral…
Ya me decían el año anterior en África, “Prisa Mata amigo…” Así que ¿por qué no? Cambiemos el plan, vamos a entrar en un país que no teníamos pensado, crucemos todas las playas de Brasil, aprendamos Portugués y bailemos samba. Como ya he dicho, en un viaje lo que menos hay que tener es prisa, y el invierno no puede durar más de seis meses en Tierra del Fuego.
Entrando a Guyana Francesa, desde Brasil.
Conocida como la ruta más difícil de Sudamérica entre Linden y Lethem en Guyana.
Disfrutando de la hospitalidad de Brasil, casi sin darte cuenta has llegado al norte en cuatro meses. Resulta que hay tres países ahí de los que ni siquiera habías oído hablar cuando estabas en Europa, los llaman las Guyanas, y estás frente a ellas, oyendo que casi ningún viajero elige esa ruta por lo desconocida y lo complicada que es.
Como decía mi amigo Mikel, “recular nunca”, así que… ¿quién dijo miedo? Vamos a darle por las Guyanas, junto a una pareja de recién casados Colombianos que conocí en Belem do Pará, en casa Mestre Came, otro motoquero que les alojaba y daba apoyo.
Entrar en la Guyana francesa, como Jenny y Jesid reconocieron, es muy fácil, incluso para los colombianos. Por supuesto, para mi como europeo no tuvo ningún misterio: ¡Bienvenido a Europa! ¿¿Europa?? Malditos colonos… Si estamos en Sudamérica…
En fin, llegamos a casa de Balú, otro apoyo motoquero que nos recibiría. Yo con cuatro llantas. Viajaba en moto, sí una Honda Transalp 650. Pero llevaba dos aros de metal y sus radios para un motoviajero argentino que estaba tirado en la Guyana porque se le rompieron los aros de su Falcon 400. No le conocía de nada, pero nunca se deja a un hermano tirado. Así que me gasté cien dólares en comprar un par de rines para un hermano motero y tal como lo prometí, llegué a la capital de Guyana Francesa con sus aros.
Iríamos hacia Surinam desde la Guyana francesa, ellos en su Tenere 250 (Jenny y Jesid) y yo en mi Transalp, haciendo una paradita en la Estación espacial de la agencia espacial europea. Y así, tras tramitar los visados de Surinam en el pueblo de la frontera, cruzamos. Ya íbamos a Paramaribó, capital de Surinam, ahora conduciendo por la izquierda. Acostumbraos rápido, para evitar un accidente, se conduce por el otro lado.
En Paramaribó lo primero que ves es la arquitectura holandesa clásica, de sus casas y, entre ellas, resaltan las iglesias de esa época, las mezquitas musulmanas, sinagogas judías y todo tipo de templos del Sureste asiático. No os lo vais a creer, porque hay que estar allí y verlo, pero hay una mezcla de todos los países del sureste asiático, de centro y Sudamérica, etc. y Todo en una sola ciudad: Paramaribó. Surinam es realmente impactante, increíble.
Cambiando los rines que llevé para el amigo Eban.
Frontera con Surinam, junto a Jesid y Jenny
Lo más gracioso es cuando tienes que salir de Surinam hacia la Guyana Inglesa. Solo hay un ferry al día para cruzar a ese país y sale a las ocho de la mañana. ¿No es mala hora verdad? El problema es que la frontera está a 260kms y ese tramo lleva unas cuatro horas recorrerlo. Efectivamente, nos pusimos en marcha a las 4:00 de la madrugada, conduciendo de noche por un país donde las vacas pueden dormir en la carretera y los perros se dan paseos matutinos por ella.
Llegamos, obvio que llegamos. A dos colombianos en una Teneré y a un vasco sonriente y loco no los para nada ni nadie. Pero, no fue tan sencillo. Al pasar la frontera en sábado, yo con mi licencia de conducir vencida y ellos con su licencia doméstica colombiana pero sin licencia internacional, nos quedamos en la frontera. No podíamos entrar en el país y las motos quedarían retenidas en la aduana. Diez dólares por noche que se quedasen allí nos iban a cobrar. Yesid lo tenía fácil, el lunes podría tramitar una licencia transitoria. Yo lo tenía muy complicado, me tendrían que mandar desde España mi licencia doméstica o una nueva internacional para poder recuperar mi moto y seguir.
Ahí tuvimos que decirnos adiós. El lunes ellos continuaron el viaje, pero yo necesité toda la semana para conseguir mis papeles y poder continuar. Agradeceré eternamente a los hermanos motoqueros Guyaneses el apoyo que me dieron allá, porque sin ellos, además de complicárseme mucho más y demorarme más, me habría gastado una fortuna. Pero se solucionó. Con los papeles en regla en Georgetown conocí a una pareja de Chilenos que viajaban en una BMW GS800, Rovano y Pau. Con ellos enfrentaría la carretera hacia Boa Vista en el interior de Brasil, el tramo que muchos viajeros consideran la carretera más complicada de Sudamérica, por lo cual evitan esta ruta.
Entre las Poblaciones de Linden y Lethem, no hay prácticamente nada más que selva. 445 kms de pura selva, sin gasolineras, tramos de arena, pozos, puentes de troncos y muchísimos charcos. Unos de los cuales, por uno de los lados puede tener más de metro y medio de profundidad, tragándose la moto entera si eliges mal por donde cruzarlo.
Voy a ser honesto, acabamos cansadísimos, tras cruzarlo en dos días. Los chilenos cayeron cuatro veces en la arena. En la zona de charcos fui yo al frente sin parar para que viesen la profundidad de estos y viesen como entrar ellos dos en una moto. Acabé cansado, pero es una de las rutas más divertidas que he hecho hasta ahora en Sudamérica.
Bajando la moto en la frontera entre Guyana francesa y Surinam
Con los cuatro meses disfrutados en Brasil y el mes de las Guyanas, prácticamente se había acabado el invierno Austral en Tierra del Fuego. Estaba en el norte de Brasil y me quedaban más de 10.000kms hasta tierra del fuego. Tendría que darme prisa si quería aprovechar el verano austral. Pero, se me termina el espacio del artículo para contaros más cosas sobre este loco viaje en el que ahora voy hacia Colombia. Así que os invito a seguir mis videos del viaje en YouTube y en las redes donde me encontrarán como Koldo Burgoa. DM