En un mundo ideal los garajes deberían tener cama, televisor y baño, espacio para herramienta y por lo menos para tres motos. En un mundo lógico, debería existir una moto que haga las veces de esas tres, de esta manera el asunto presupuestal deja de ser tan utópico. Para cualquiera de los dos mundos hay una opción que debería figurar en el tope de las preferencias, la Kawasaki Versys 650.
Este artículo sobre la Kawasaki Versys, fue publicado originalmente en nuestra revista impresa, edición #72 del año 2007. Todo el contenido es parte de nuestro archivo, que deseamos compartir con ustedes.
Resulta difícil saber a ciencia cierta cuál era la idea que rondaba a los ingenieros que se embarcaron en este proyecto, tal vez su nombre nos de una idea aproximada: Versatile System (Sistema Versátil en buen romance), una moto que, siguiendo los parámetros de las trail, debería ser en teoría capaz de desenvolverse con soltura en toda circunstancia y terrenos, aunque de plano, con las ruedas de bajo perfil de 17” y los rines de aleación, podemos ir olvidándonos de las salidas lejos del asfalto, por lo menos si queremos disfrutar. Sin embargo, más allá de su limitada aptitud para moverse en pisos de tierra, esta moto no deja de ser doble propósito en todo el sentido del término, lo que los ingenieros de Kawasaki no dijeron, es que esta moto no solo es una confortable máquina de viaje, como todas las de su segmento, sino un polivalente instrumento de placer y gozo, capaz de mudar su personalidad de acuerdo al humor con que cada mañana te levantes de la cama… que me voy de paseo, monto maletas y cojo camino, que hoy quiero subir mi nivel de adrenalina, a enroscar el acelerador, que toca hacer vueltas en la ciudad, me relajo y disfruto; lo que hagas con la Versys se traduce en puras sensaciones a todo pulmón.
Kawasaki Versys nueva en el barrio
La Kawasaki Versys es la recién llegada a uno de los segmentos más apetecidos por marcas y clientes, de paso es una de las propuestas más osadas de la casa de Akashi en los últimos tiempos, parte de la avanzada de modelos vanguardistas con los que busca reconquistar el mercado a nivel mundial (y al tenor de cómo van las cosas parece que está logrando su cometido), por ello la Versys, más allá de su evidente herencia ER-6n en cuanto a motor y chasis, es una máquina totalmente nueva en el mercado, muy lejos en concepto del modelo base (la 6n) y en efecto de todas sus competidoras.
Su diseño está abierto a la interpretación, habrá quienes tengan algo que decir en contra de su apariencia futurista, pero lo que no se le puede negar a esta moto es el excelente balance entre sus proporciones y el singular resultado, distinto a todo lo visto hasta ahora en el segmento, al punto que nadie parece capaz de resistirse ante sus encantos, es como esas mujeres despampanantes que cuando llegan a un lugar todos inevitablemente voltean a mirarla.
Adelante la farola en forma de enorme T, marca la pauta de las líneas que sigue el carenado casi hasta el remate del depósito de combustible, la pantalla, el amplio manubrio, el asiento de doble nivel y la horquilla de barras invertidas aportan lo suyo al conjunto estético de la moto, y como lo que se hereda no se hurta, en este caso es innegable el papel en el aspecto global de la Versys que cumple el bicilíndrico paralelo y el chasis de estructura tubular, este último idéntico en forma al de la naked, pero distinto en cuanto a geometrías, la Versys es más larga entre ejes, es más alta y tiene un ángulo de ataque mayor, además, el chasis en conjunto con el soberbio basculante tipo banana (muy utilizado hace unos años en las 500cc de GP y concebido para darle espacio a los escapes y mejorar la rigidez de la pieza) le dan a priori un carácter distinto al de su hermana de calle. Adicionalmente hay que mencionar el subchasis que soporta el asiento (también de estructura multi-tubular), el mono amortiguador posterior emplazado en el costado derecho, que como en la 6n une el chasis al basculante (siendo este uno de los componentes mejor logrados estéticamente hablando y uno de los elementos que la distinguen de sus rivales). Como complemento, tenemos protectores a los lados del radiador, en los bajos laterales del motor y en parte del chasis, la base del manubrio es un verdadero ejercicio de diseño, pero definitivamente el remate del conjunto corre a cargo del hermoso trasero, alto y respingado, en el que destaca el stop de leds heredado de la saga ZX.
Donde y como quieras
Camino hacia una de las carreteras más exigentes en los alrededores de “nuestra base”, exigente no solo por el inacabable desfile de curvas, sino por el regular o pésimo estado de muchas de ellas, por la constante presencia de camiones y buses y porque el clima no suele ser muy agradable, antes tenía que sufrir un ineludible tránsito por las calles de la capital paisa para solventar algunos problemas logísticos antes de salir… ¡perdón! ¿Acaso dije sufrir? Me traiciona el subconsciente con esto de las congestiones y el caos citadino, pero la verdad no recuerdo haber vivido nada siquiera parecido al sufrimiento con la Kawa; fue como si se hubiese obrado un milagro y por un momento los demás vehículos se hicieron a un lado para despejar las calles, aunque más bien el milagro, creo yo, era obra de la Versys que hacía parecer como si no hubiera nadie más en el camino. Todo suavidad, todo placer, la respuesta del propulsor desde abajo es sobresaliente y a lo largo de cada una de las 6 marchas esta sensación no hace más que repetirse; partir al cambio de un semáforo es casi un acto majestuoso, delante de todos y en una alfombra voladora, “ustedes, mortales, resignados en sus latas con vidrieras… ¡envidiosos!” eso pensaba mientras volaba por las calles a centímetros del piso; volví a tierra solo cuando el bicilíndrico, que hasta ahora venía arrullándome con su sonido, se dejó sentir con una oleada de calor en las piernas.
A pesar de sus considerables dimensiones, esta 650 es una moto propicia para moverse en ciudad, solo si estás por debajo del 1.70 de estatura puedes tener alguna queja respecto a la altura del asiento (835mm), por lo demás, los 181kg (en seco) prácticamente no se sienten y en las maniobras lentas y estrechas, cuentas con un ángulo de dirección de 35º a diestra y siniestra, más que suficiente para moverse entre los atascos. El cambio es suave, primera entra con un sonoro clack pero el funcionamiento es intachable, por lo demás, de no ser por el calor que emana el bicilíndrico hacia las piernas no habría nada que reprocharle al moverse entre el tráfico. El asiento es suave como si de una mega turismo se tratara, amplio y cómodo, además el segundo nivel sirve también como apoyo lumbar, y si del segundo se trata, ella o él, recibirán un trato de reyes, con espacio de sobra para acomodarse, un acolchado suave, un par de agarraderas muy cómodas para sujetarse, unos posa pies que a pesar de no contar con recubrimiento en caucho, como si lo tienen los del conductor, ofrecen una postura relajada y por último una panorámica envidiable de lo que suceda a su alrededor, gracias a la altura del asiento.
El basculante tipo banana contribuye a aumentar la rigidez de la Versys, y es uno de los componentes mejor logrados de esta moto.
La farola además de ser el principal rasgo de identidad de la Kawasaki Versys, ofrece una potente iluminación para rodar en la noche. La cúpula se puede regular manualmente en tres posiciones.
Si en el papel de citadina se mueve como pez en el agua, al llegar a la ruta es como si la llevaras a su campo de juegos. La posición a los mandos de la Versys es realmente cómoda, brazos flexionados, espalda recta, tal vez algunos de piernas muy largas encuentren que la ubicación de los posa pies obligan a flexionar algo más las rodillas (si lo comparamos con otras motos de su mismo enfoque), esto en todo caso difícilmente llega a afectar la comodidad y de otro lado deja entrever ese otro rasgo de su personalidad que incita a un manejo más deportivo. El tablero es muy completo, el tacómetro análogo con la línea roja en 10.500rpm (no en 11.000 como la ER) es el elemento principal de esta pieza, le acompañan una serie de testigos del lado izquierdo y una pantalla digital a su derecha, que muestra nivel de combustible, velocidad en millas o Km/h, un reloj, odómetro y dos parciales, sin embargo para visualizar estos últimos hay que pulsar el botón “Modo”, lo que en la marcha supone un motivo de distracción. La cúpula por su parte es regulable en 3 posiciones (operación sencilla con la completa herramienta que trae la Versys de serie) y si bien cumple un papel decoroso a la hora de protegernos de los insectos y el viento, tampoco tiene un rendimiento impresionante cuando se rueda por encima de los 110km/h. Vibraciones no las hay por ninguna parte y a ningún régimen, las suspensiones a pesar de tener un tacto que tiende a ser duro, absorben eficazmente las irregularidades del terreno aportando un confort de marcha elevado, claro que si buscas un extra de suavidad podrás resentir su tacto un poco duro, en ese caso cuentas con la opción de regular tanto la horquilla delantera como el mono amortiguador posterior, ya que ambos permiten realizar cambios fácilmente en la precarga de los resortes y en la extensión de la amortiguación, lo que facilita ajustar la Versys a tu estilo de manejo y preferencias.
Ficha Técnica Kawasaki Versys 650
Motor : Bicilíndrico paralelo, 4T, DOHC 8 válvulas, refrigerado por agua
Cilindrada : 649 c.c
Rel. compresión : 10,6 : 1
Torque Max. : 6.2Kgm a 6.800 rpm
Potencia Max. : 64 hp a 8.000 rpm
Alimentación : Inyección Keihin 38mm
Transmisión : 6 velocidades
Embrague : Multidisco en aceite
Susp. Del. : Horquilla invertida
Susp. Tra. : Monoamortiguador lateral
Freno Del. : 2 discos lobulados de 300mm
Freno Tra. : Disco de 220mm
Peso vacío : 181 kg. (en seco)
Capacidad tanque : 5g (19 litros)
Precio : $ 24.390.000 en el año 2007
Placer de muchas maneras
Así que vamos de paseo, una tarde de relax absoluto, con el motor subiendo apenas hasta seis mil revoluciones, la respuesta como te mencioné antes, es deliciosa, empuja y empuja cambio tras cambio, sin afanes y aún así manteniendo un ritmo nada despreciable, un gusto rodar por cualquier carretera así, aún a pesar de la dificultad y de la atención que exige un piso constantemente bombardeado con rizados, desniveles, reparcheos y mucha tierra suelta, solo faltan las maletas y una buena compañía, porque además la Versys tiene muy buena capacidad de carga, fácilmente se le puede instalar una parrilla para el top case y la estructura para las maletas laterales, que no incrementarán exageradamente el ancho de la moto, pues al estar el escape bajo el motor se pueden ceñir a las líneas de la moto. Está visto que con esta moto se pueden recorrer largas etapas sin el más mínimo asomo de cansancio, ni para quien conduce ni para quien va atrás, la única queja, como ya lo mencionamos, está en la falta de un recubrimiento de caucho en los reposapiés del acompañante y en el calor que despide el bicilíndrico hacia las piernas en zonas de clima cálido.
El tablero combina el tacómetro análogo con los testigos y la pantalla LCD que muestra el nivel de gasolina, velocidad, odómetro total, dos parciales y reloj.
Kilómetros más adelante, ya con un recién inaugurado tendido de asfalto por delante y unas curvas que mejor ni te cuento, vamos en busca de un extra en emociones. Hacia arriba con el acelerador bien abierto, empieza una serie con una curva a izquierda que se enlaza inmediatamente con otra de 90º a la derecha, moto inclinada, el motor ha dejado de susurrar para comenzar a rugir de manera deliciosa, en la salida de la curva, aún con la moto inclinada, un descenso y cambio de dirección un vez más hacia la izquierda y hacia arriba, tercera a fondo, el rugido del bicilíndrico llega a su máximo con los árboles desintegrándose a los lados; cuarta… quinta y de nuevo hasta tercera, hacia abajo y a la derecha, a lo largo de la trayectoria no se percibe ni un solo movimiento, ni una sola renuencia a seguir la línea trazada, al abrir de nuevo el acelerador empuja con todo, es cierto que respecto a la 6n, la Kawasaki Versys con 64hp a 8.000rpm tiene casi 8hp menos (y unos cuantos kilos de más), lo que penaliza la respuesta en las recuperaciones, a pesar de esto la aceleración es más que suficiente para generar altas dosis de adrenalina; lo mejor de todo es que nunca se tiene esa impresión de que en el instante menos pensado la potencia se te saldrá de las manos y en todo momento la sensación de control es total, la estabilidad es asombrosa para una máquina de sus dimensiones, definitivamente la centralización de las masas contribuye mucho a esto, las suspensiones por supuesto son la clave principal para una estabilidad casi de moto deportiva y las llantas Dunlop además parecen de velcro, sin importar que tan inclinado estés en un giro siempre quedarás con la sensación de que aún se puede ir un grado más cerca del asfalto, es como para poner la rodilla en el piso. ¡Alguien debería inventar una copa trail!
La cola de la Kawasaki Versys, alta y afilada está rematada por el stop de LED que hereda de la saga ZX.
Lo mejor apenas empieza, el abrebocas se sirvió y ahora sigue el plato fuerte, kilómetros de más para seguir disfrutando. Por una vía estrecha y solitaria, da gusto sentir como la Versys se mueve a sus anchas, entre 5.000 y 8.500rpm el bicilíndrico refrigerado por líquido tiene un empuje formidable, el manubrio amplio es una gran ayuda a la hora de entrar y salir de las curvas y el tacto de la caja de seis velocidades no hace más que aportar al placer de conducción, solo los frenos parecen estar un poco en desacuerdo con un manejo agresivo, es cierto que todo el tiempo cuentas con una respuesta fuerte y suficiente para detener la moto incluso en un imprevisto, pero en ocasiones el tacto de los dos discos delanteros no es lo que uno esperaría de ellos.
El tacto de los discos lobulados de 300mm, mordidos por pinzas doble pistón es bueno pero le falta un poco cuando se quiere buscar el lado deportivo de la Versys
Cae el sol
Horas más tarde, ya en el camino de vuelta, entre una curva y otra, apenas puedo contener la satisfacción, es increíble como una sola moto puede hacerte sentir tantas cosas en un recorrido, esta es realmente una máquina muy completa, como es natural, al hacerla tan buena en el asfalto su mayor pecado reside en su incapacidad para enfrentarse a caminos de tierra, es lo único que le falta para ser la moto completa, claro que si damos un simple vistazo a la competencia, resulta evidente que si lo que quieres es tener la posibilidad de eventuales escapadas por caminos de tierra, las trail, con excepción tal vez de la Transalp que conserva el rin delantero de 21”, no son las motos para eso.
… es como esas mujeres despampanantes que cuando llegan a un lugar todos inevitablemente voltean a mirarla
Por lo demás solo los pilotos más “racing” podrían echar de menos un poco más de potencia, tiene sus detalles, como la dificultad para encontrar el gato lateral que está algo escondido (pero es cuestión de costumbre) o la ausencia de un gato central, muy útil a la hora de pensar en el mantenimiento y limpieza, la capacidad de iluminación de la farola con doble bombillo halógeno es formidable, con lo que el placer de marcha se puede prolongar aún hasta bien entrada la noche… y su autonomía nos permite hacer más de 300km con un solo tanque, para un promedio de 81 km por galón en los 2.000km que duró nuestra prueba.
El propulsor es el mismo bicilíndrico de la ER-6n, al que se la ha modificado el sistema de alimentación para mejorar la respuesta en bajos y medios a costa de sacrificar unos cuantos caballos en la parte alta del tacómetro.
¡Qué más se puede pedir! La Kawasaki Versys, una moto que lo hace todo bien, que cruza, acelera y se mueve casi como una deportiva, pero que también puede seguirle los pasos a la más grande de las ruteras (con maletas a bordo e incluso con ABS opcional) y que se mueve en la ciudad como si hubiera nacido en ella. A falta de un garaje ideal con las tres motos, bienvenida sea la Kawasaki Versys, ¡que con ella basta y sobra!