La nueva Kaze tiene ese toque deportivo característico de Kawasaki, que tanto gusta a los más jóvenes y que le ha dado fama a modelos anteriores como la K1 o la Magic.
Compartimos con ustedes este artículo de nuestro archivo, se publicó originalmente en la revista impresa número 52 en Noviembre del año 2004. Esperamos sea de utilidad para todos ustedes.
En carretera sale a relucir ese carácter deportivo que tiene toda Kawasaki.
Kaze 125
Está bien afirmar que cada marca de motos se identifica en la mente de todo motociclista por algún rasgo en particular, un toque especial que la diferencia de las otras y que está presente en todos los modelos que nacen en su seno. Ejemplo de ello es la máquina de la que hoy nos ocupamos, la Kaze 125, una mopped que va más allá del desempeño y el look urbano y señoritero convencionales de su categoría, para aportar un poco del espíritu deportivo, propio de Kawasaki, ese sabor que tanto gusta a los más jóvenes y que ha dado fama a modelos anteriores como la K1 y la Magic.
Lo más nuevo de Kawasaki está aquí
Esto se hace evidente tan solo al mirarla. Impecablemente vestida de verde y negro, insignes colores de batalla de la casa japonesa, está llena de detalles que denotan su carácter; qué más que los mismos colores, a los que se contraponen el rojo intenso de los muelles traseros y el dorado que cubre las barras delanteras, los soportes de los reposa pies y la asidera posterior, dando como resultado una combinación cromática que impacta y que de seguro tendrá sus adeptos y detractores. Su presentación se complementa con elementos como la farola bifocal que asemeja un antifaz, acompañada de las pequeñas pero eficientes direccionales translúcidas (a la última moda), y tras ellas un completo tablero que incluye indicadores de cambios y nivel de gasolina, en el que los relojes vienen con un fondo blanco tipo sport. Atrás se encuentra una agarradera para el pasajero que más parece un spoiler, realzando su espíritu, aunque en la práctica resulte poco cómoda; más abajo, está la unidad formada por el stop y las direccionales también translúcidas; el cuadro lo completa el escape recubierto en acero inoxidable, que por sus dimensiones y corte pareciera ser el de un dos tiempos.
Los 125cc le permiten desenvolverse muy bien en todo momento
La Kaze es impulsada por un motor monocilíndrico cuatro tiempos de 124.6c.c. refrigerado por aire, capaz de entregar 8.98 caballos de fuerza a 8.000 r.p.m., la lubricación es de tipo forzado, tiene caja de cuatro velocidades semiautomática y viene equipada con arranque eléctrico y de patada. En su parte ciclo, al chasis de estructura tubular hecho en acero de alta tensión, se suma una suspensión delantera convencional y un par de amortiguadores traseros fijados a una tijera de sección cuadrada, siendo ambos sistemas bastante eficaces. A la hora de detenerse, esta Kawasaki cuenta adelante con freno de disco equipado con pinza de doble pistón y atrás con un freno de tambor, elementos que detienen las dos ruedas de 17” impresionantemente delgadas que la equipan, aunque para la producción han mejorado este aspecto incorporando unas llantas un poco más anchas.
El tablero con relojes de fondo blanco tiene medidor de gasolina e indicador de cambios
Sobre la moto, la posición de los brazos y las manos resulta bastante cómoda debido a la altura del manubrio, a la distancia entre los manilares y a que los comandos son fácilmente operables. De otro lado, a causa de la ubicación de los tabacos, ligeramente retrasados, obligan a flexionar las rodillas hacia atrás y esto por momentos puede resultar algo incómodo, más aún porque el cranck interfiere un poco con el pie derecho (algo usual en casi todas las motos de este tipo). El asiento no es muy amplio, pero tiene buen mullido, además no transmite vibraciones molestas (igual sucede con los posa pies); su altura respecto al piso es un poco mayor en relación a la de algunas de sus competidoras, pero la diferencia sólo la percibirán los más bajitos. Para el acompañante, la Kawasaki ofrece una cómoda posición a pesar del reducido espacio que ofrece el sillín y sólo peca por lo corta y angosta que resulta la asidera con que viene equipada de serie, elemento que termina cumpliendo un papel más estético que funcional.
El doble faro cumple muy bien en uso urbano, pero en carretera se queda algo corto en intensidad.
En la ciudad, la Kaze hace gala de una excelente maniobrabilidad, gracias a su bajo peso, al amplio radio de giro y a la buena respuesta de su motor, resulta muy sencillo deslizarse entre el tráfico sin ningún tropiezo. Arrancar en los semáforos puede llegar a ser divertido ya que el motor sale disparado apenas se abre el acelerador y muy pronto los casi nueve caballos con que cuenta esta pequeña guerrera verde, se desbocan ayudados por el preciso trabajo de la caja y el correcto escalonamiento de las cuatro relaciones. Es tan efectivo su desempeño, que provoca llevarla a fondo todo el tiempo para sacarle el máximo provecho a los 125cc., pero estamos en la ciudad, y por más que queramos no es prudente ir volando entre los carros, además, a la hora del té tampoco es que se gane mucho tiempo como para justificar el mayor riesgo que se corre. Mejor es reservar todo el potencial del monocilíndrico para la carretera y aprovechar entre semáforo y semáforo el lado ciudadano de esta Kawa, rodando a un ritmo pausado y seguro, en el que la Kaze muestra su lado cívico, de hecho, andando a un ritmo suave, motor y caja se disfrutan bastante, si sumamos a esto el buen desempeño de suspensiones y frenos, y agregamos el bajo consumo de combustible (160km por galón en promedio durante la prueba), tenemos un vehículo sobrado para el uso diario; en el que sólo se puede pedir algo de espacio para poder llevar algún objeto o en su defecto una parrilla.
El silenciador de la Kaze 125 va recubierto en acero inoxidable y se parece bastante al de una dos tiempos
En carretera sale a relucir la herencia de la casa. Al engranar primera y segunda velocidad el motor despega sobradamente, al poner tercera se merma la aceleración, pero igual la aguja del velocímetro sigue subiendo y en cuarta alcanza a marcar los 110Km/h en el tablero, aunque es cerca de los 100Km/h donde el motor trabaja mejor sin ir demasiado exigido. De seguro los más gomosos esperarían una mayor velocidad punta teniendo en cuenta su carácter deportivo, sin embargo, así la Kaze no sea la más rápida de la categoría, sí tiene los bríos necesarios para hacer fluir suficiente adrenalina a la hora de disfrutar todo su potencial en carreteras reviradas. Por eso los ojos se nos abrieron cuando nos aproximamos hacia el tramo sinuoso que veníamos buscando, sin disminuir mucho el ritmo que traíamos encaramos el primer giro amplio hacia la izquierda; la moto respondió bien, mostrando gran aplomo en ambas ruedas. Luego cruzamos a la derecha y nos metimos en una “S” pronunciada; dio gusto sentir su agilidad al realizar cambios de dirección y al corregir la trayectoria cuando fue necesario, brindándonos confianza para exigirle a fondo. Y en cada giro gozamos más, hasta que llegábamos a otra recta que era como una pausa a esta sucesión de tabacos contra el piso y cambios que subían y bajaban en ráfaga.
La Kaze resulta muy cómoda en solitario, pero también es una excelente compañera para disfrutar en compañía
A esto, por supuesto, ayudaron en gran modo las suspensiones que son suficientemente suaves para absorber las irregularidades del piso, al tiempo que tienen la dureza necesaria para permitir lanzarse en las curvas sin muchos miramientos, en ocasiones se siente un ligero movimiento en la cola de la moto al entrar muy rápido en alguna curva, esto puede ser debido a una falta de rigidez del chasis, pero en la practica se siente como si ella se acomodara: al comenzar la inclinación se mueve una vez y no más, no hay cambios de trayectoria ni deslizamientos; en parte también gracias a las llantas que merecen mención aparte, pues a pesar de ser tan delgadas, se agarran con ganas al asfalto, incluso cuando llovió y rodamos sobre el piso húmedo, las finas ruedas nos aportaron seguridad y confianza, más de la esperada, si cabe decir; sin embargo nos parece acertada la decisión tomada por la gente de Auteco, de equiparla con unos cauchos un poco más anchos, que seguramente incrementarán su aplomo y darán todavía mayor seguridad, algo que nunca está de más.
El disco delantero con pinza de doble pistón brinda suficiente poder de frenado y es muy dosificable
El motor se comportó a la altura cuando se le exigió, si bien mostró una excelente capacidad para salir muy bien desde abajo, sin dudas, lo suyo es andar bien revolucionado, algo que bien combinado con la precisa transmisión, se traduce en una potencia más que suficiente en todo momento, y si para impulsarse y cruzar esta Kawasaki está tan bien preparada, a la hora de detenerla contamos siempre con la potencia del eficiente disco delantero, justo para controlar a esta guerrera desbocada.
Para concluir, tenemos en la Kaze una nueva alternativa en el segmento de las mopped de 125cc. Un vehículo que conserva la versatilidad de sus antecesoras de menor cilindrada en el uso diario, a la que se agrega una buena dosis de ese carácter deportivo que distingue a las máquinas de la “marca verde”, que la hacen ideal para dejar las cuatro paredes de la casa cada vez que se nos antoje quemar un poco de adrenalina.
Texto: DVG – Fotos: Juan C. Posada
Ficha técnica | Kawasaki Kaze 125 |
Motor
Cilindrada |
Monocilíndrico, 4T, SOHC, refrigerado por aire 124.1 c.c. 9.5 : 1 8.98 Hp a 8.000 rpm (no especificado) Eléctrico y patada 4 velocidades Telescópica Doble amortiguador Disco (mordaza de doble pistón) Tambor 89 kg. (en seco) 4.5 Lt. (1,19 gal.) $4.990.000 (año 2004) 6 meses o 10.000km. |