El lanzamiento de la Yamaha FZ versión 3.0 se había retrasado un par de años debido a múltiples situaciones, pero justo en la celebración de los 15 años de la saga FZ en nuestro país, llegó para cautivar a los amantes de la referencia y del segmento con más músculo visual y una buena serie de extras que la pondrían al día en la competencia de los 150 CC. Yamaha nos brindó una unidad para una prueba a fondo por más de 1200 kilómetros en diferentes climas y terrenos para demostrar que la evolución era algo más allá que ‘una cara bonita’.
Desde su llegada en el año 2009, la unidad fz revolucionó el segmento de baja cilindrada presentando una estética inspirada en motos de 1000 cc por lo cual se ubicó rápidamente como una de las motos más vendidas.
Más presencia
Cuando estuvimos en el lanzamiento oficial de la FZ 3.0 sentimos ese impacto de testosterona visual que emana la moto, sensación que ha transmitido desde su primera versión y que han perfeccionado mucho; El tanque es mucho más voluminoso con nuevas entradas de aire y curvas inspiradas claramente en modelos como las MT, el subchasis es nuevo, permitiendo que la nueva silla de una sola pieza de doble nivel ofrezca mayor superficie para sus ocupantes, el switch de apertura ahora se encuentra sobre la parte final del tanque y no sobre el manillar, dando un toque muy especial y agradable a la estética, finalmente el nuevo tablero en contraste de fondo azul y letras blancas dan una percepción más fresca.
Sus nuevas entradas de aire nos recuerdan a sus grandes hermanas las MT, avivando ese estilo corpulento, donde fueron muchas las personas en la vía las que nos preguntaron si se trataba de una nueva 250 CC.
Mejoras ergonómicas
Al iniciar la prueba notamos que ya era una moto diferente, el manillar es 20 mm más alto y se nota de inmediato, pues la espalda va más recta, adicionalmente el sillín ofrece más espacio, aunque hay que abrir ahora un poco más las piernas para abrazar el tanque de combustible, el mullido es muy similar a sus antecesoras, pero ahora brinda un par de minutos o kilómetros extra antes de empezar a sentir la fatiga, especialmente para el pasajero, el cual fue el más beneficiado. La moto destaca por su agilidad, un parámetro presente en toda la saga, pese a que se observa como una moto musculosa, es una máquina muy ligera para sortear el tráfico, con un buen radio de giro, un centro de gravedad muy bajo y un peso contenido, haciendo que pasar horas entre el tráfico sea muy llevadero. Luego al encarar las curvas es donde más sentimos ese atributo de agilidad y temple de la moto, pues la FZ Versión 3.0 transmite demasiada seguridad a su piloto y con tan solo unos kilómetros recorridos ya sentíamos como si lleváramos meses sobre ella, dado que es muy intuitiva y realmente tampoco tuvimos tiempo de ‘adaptación’ sobre la moto ya que debíamos partir de inmediato hacia el departamento del Huila y había rumores de cierre en el famoso (y muchas veces infame) paso de ‘La línea’ así que tomamos ruta de inmediato.
FZ Versión 3.0 su hábitat natural: Las curvas
Al llegar a Calarcá nos encontramos con lo que temíamos, una fila de espera que iniciaba en la entrada al municipio, al preguntar a un agente nos informó que no había paso en Cajamarca debido a una serie de protestas, pero la intervención divina nos llegó de inmediato, cuando el agente recibió y nos comunicó la información de que abrirían paso, así que nos dijo que aprovecháramos el tráfico detenido para subir lo más que pudiéramos sin competir con los vehículos de 4 o más ruedas. Iniciamos la exigente subida agradeciendo nuevamente la agilidad de la FZ Versión 3.0 pues motos más grandes se quedaban atrás debido a sus dimensiones. Al pasar el cuello de botella pudimos empezar a probar como queríamos la moto, enfrentándola a las exigentes y agresivas curvas del tramo entre Cajamarca e Ibagué y ella pareciera predecir las curvas antes que nosotros, fluye entre los terrenos serpenteados con mucha naturalidad es una moto que te permite cometer errores y no te cobra caro trazar mal una curva, esto es algo fenomenal para pilotos novatos o personas que busquen una gran aliada en largos o constantes recorridos intermunicipales llenos de reviradas curvas. Las suspensiones son una gran fortaleza en la toma de las curvas pues se presentan rígidas y dan mucha estabilidad y seguridad, eso sí, cuando hay algún desperfecto en la vía se lo hacen saber al piloto debido a esa dureza; Quisimos aprovechar al máximo el tiempo ganado sin tráfico pesado y paramos a descansar más allá de Ibagué, comprobando los beneficios de confort extra que brinda ésta FZ Versión 3.0 al haber rodado tanto tiempo y kilómetros sin sentir un alto cansancio.
Calidad pieza por pieza
Ya con una vía más tranquila nos tomamos el tiempo de ir reparando en el comportamiento de la moto en diversos ritmos, notando como las vibraciones son muy reducidas y que no se percibía ningún ruido en la motocicleta más allá del que emitía el motor, comprobando así la buena tarea de ensamble que siempre ha destacado a Yamaha; la pintura se ve de buena calidad, los elementos plásticos están bien sujetos al conjunto y los comandos son de muy buen tacto.
Motor muy conocido
El propulsor se mantiene intacto con respecto a la versión anterior, para algunos es un tema a penalizar pero a nosotros no nos parece y aunque dicen que “es mejor malo conocido que bueno por conocer” en éste caso sería mejor decir que “es mejor un BUENO conocido” pues el pequeño monocilíndrico ha demostrado ser uno de los motores más fiables y resistentes en su segmento, también ha dejado claro que es de bajo mantenimiento y de buen consumo, además Yamaha ha perfeccionado, pulido y depurado bastante sus sistemas de inyección electrónica en la baja cilindrada, pues la moto durante la prueba nunca flaqueo en su comportamiento sin importar la altura, el ritmo o el clima y el encendido siempre fue perfecto. Para aquellos que querían un motor más grande o un motor refrigerado por líquido, queremos recordarles que la marca ya cuenta con estas opciones con la FZ 25 y la MT 15; El propósito de la FZ Versión 3.0 es ofrecer una moto económica, sencilla, resistente y polivalente por un precio de entrada relativamente bajo. La moto durante la prueba nos arrojó buenas velocidades crucero entre 80 y 100 km/h sin verse exigida, pues ella se cuida a sí misma haciendo difícil subirla a más de 8500 RPM, el tablero nos llegó a marcar una velocidad tope de 110 km/h con la gran ventaja de sentirse serena y sobre todo estable, el modelo nunca transmitió calor excesivo saliendo del bloque motor ni estando en el inclemente calor del desierto de la Tatacoa. Hay que aclarar que la unidad de prueba contaba con muy poco rodaje inicial, pues estaba prácticamente nueva.
El nuevo tanque no solamente cambió en sus geometrías, sino también en su capacidad, ofreciendo 1 litro más de combustible para estirar la autonomía de la FZ Versión 3.0.
FZ Versión 3.0 Consumo
En este apartado decidimos tener 2 momentos: El primero altamente exigente aprovechando las interminables rectas entre el Tolima y el Huila, llevando el acelerador en su máxima apertura; Allí tuvimos consumos de 135 km/g donde el testigo de combustible se encendió a los 350 km recorridos, pero aun teniendo por lo menos unos 3 litros disponibles en el tanque (algo típico en Yamaha para cuidar el sistema de inyección electrónica) hay que recalcar que la nueva FZ Versión 3.0 ahora cuenta con un litro más de capacidad en el tanque de combustible, regalándonos unos buenos kilómetros de autonomía, así que tuvimos que parar solo una vez para llegar a nuestro primer objetivo principal: San Agustín. En el segundo momento decidimos aprovechar el indicador de modo ECO que muestra el tablero para hacernos saber cuándo estamos haciendo un uso más eficiente de combustible; guiándonos por el indicador ECO, el consumo mejoró bastante, subiendo hasta 165 km/g y el indicador de reserva se encendió en los 415 km recorridos, así que, haciendo un cálculo de media, para una conducción mixta o habitual vamos a tener promedios de consumo de 145 km/g y una autonomía de 400 km, lo cual nos parece muy bien para su segmento; Al momento de repostar nos encontramos con la misma tapa de combustible de la primera versión, tapa que no tiene bisagra y nos quedamos con ella en la mano al momento de surtir combustible, siendo éste uno de los puntos de mejora en la FZ Versión 3.0.
Un perfil bien trabajado y esculpido que denota las horas de diseño invertidas por la gente de Yamaha en esta FZ Versión 3.0 para dar un nuevo toque sin descuidar la esencia, a esto se le suma la impecable labor de ensamble en la unidad por parte de Incolmotos.
Iluminación
Es un apartado en el que la Yamaha FZ Versión 3.0 tiene una mejora muy notoria gracias a su nueva farola con tecnología LED, llegando a Neiva la noche nos abrazó y ahí pusimos a prueba el sistema, tenemos a disposición un buen haz de luz, con buen fondo, amplitud y la inclinación adecuada para ver la vía y no incomodar a los conductores en contraflujo, la luz alta complementa muy bien pero le falta un poco más de intensidad a nuestro criterio, aún así nos permitió seguir la ruta seguros; Curiosamente el faro frontal cuenta con una luz estilo DRL pero con tecnología halógena la cual contrasta un poco con la iluminación LED siendo más como una luz de ‘cortesía’, predecimos que muchos usuarios lo primero que harán, será cambiar el pequeño cocuyo por uno de tecnología LED. Las luces direccionales también son halógenas, pero de muy buena intensidad, el stop aún sigue siendo de resistencia, nos hubiese gustado que para esta tercera generación ya hubiese sido también en tecnología LED.
El tablero no fatiga la vista ni distrae durante esas largas rodadas en la noche, es de muy fácil lectura y cuenta con la información necesaria como indicador de RPMs, velocímetro, medidor de combustible (por cierto, muy acertado en su medición) indicador de modo ECO, odómetro total, 2 trips parciales, reloj, el famoso ‘F Trip’ que se enciende cuando llegamos a la reserva; y testigos de neutra, luz alta, direccionales, check engine e indicador de ABS. Nos hubiese gustado que tuviera conectividad como la Nmax, Aerox o MT-15.
Aditamentos simples pero eficientes, de buen tacto como todo en la moto, se ofrece lo ‘justo y necesario’ para su segmento y cilindrada.
Frenos y nuevo sistema ABS
En el apartado de frenos, el nuevo ABS le sienta de maravilla a la FZ Versión 3.0 pues el sistema híbrido Nissin/Bybre entrega una contundente mordida con un tacto muy suave, pero el ABS de un solo canal en la rueda delantera nos brinda mucha seguridad, hay que presionar muy fuerte para sentir que éste actúa, los frenos de esta 150 podrían estar equipados en motos de mayor cilindraje como una 250 por su efectividad y potencia.
Accesorios Yamaha
La unidad puesta a prueba fue entregada por Yamaha con una serie de accesorios y elementos opcionales que se encuentran disponibles en sus tiendas y página web como los handsavers, protector de depósito de líquido de freno delantero, protector de depósito de líquido de freno trasero, parrilla y unas muy deportivas llantas Metzeler Sportec que brindan un plus en adherencia y comportamiento especialmente en las curvas.
Veredicto
La FZ Versión 3.0 es una moto que se disfruta tramo a tramo, curva a curva, ahora con más confort y seguridad, con una calidad en su conjunto que nos dice que estamos a bordo de una máquina muy bien lograda, ni siquiera los infames tramos de descensos peligrosos de la vía a San Agustín, ni el inclemente calor del desierto de la Tatacoa hicieron flaquear a la Yamaha. Para aquellos que expresan que esta moto es “más de lo mismo” tienen mucha razón, pues tenemos más confort, más calidad, más estética, más seguridad y más confianza.
Nos gustó:
- Estética más musculosa
- Confort y ergonomía mejorada
- Sistema ABS y frenos en general
- Calidad de sus componentes y buen ensamble
Por mejorar:
- Tapa del combustible sin bisagra
- Luz trasera y DRL en tecnología halógena
Texto y Fotos: Sebastián Zamora e Incolmotos Yamaha – Edición 172